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¿Cómo detectar a un manipulador emocional? | Informe21.com

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¿Habrà algo realmente nuestro?

Desde pequeños luchamos para buscar nuestra propia independencia y ya de grandes creemos conseguirla pero en realidad, ¿si la alcanzamos? En la medida que vamos creciendo, nos inculcan la importancia de ir adquiriendo "nuestras propias cosas" ya que ello nos ayuda para ir conquistando la tan anhelada independencia. Bajo esa premisa, nos afanamos y preocupamos de ir obteniendo "nuestras cosas", con la ilusión de ser propietarios de algo e ir encausándonos hacia la meta de nuestra autonomía. La verdad, ahora no sé si podemos ser dueños de algo en lo cual no hemos participado para construirlo, porque son otros sus constructores y artífices, y esto me lleva a pensar que en la realidad, no somos dueños de nada. En todo caso, si algo podríamos enarbolar como propio, sería nuestro “yo” pero aun ni éste podemos aislarlo de las inferencias de los demás, porque siempre ha habido alguien presente o ausente que participa de lo que vamos haciendo de nosotros en lo interno y en lo externo y resulta imposible abstraerse de ello. Fui descubriendo que mi conducta está guiada y que aun mi pensamiento sigue ligado a aquellos que contribuyeron para su formación, al igual que mis conocimientos son aprendidos de otras personas y aun las cosas materiales que creo poseer, son invención de otros, aunque haya pagado por ellas con unos billetes, que por ende también ha sido invención de otros. Aprendí una lengua que yo no elegí y sin yo quererlo y sin darme cuenta mis antecesores me impusieron sus costumbres, tradiciones, gustos, sentimientos e incluso sus prejuicios. No obstante, me detengo a inquirir en mi “yo” y me asombro de ver que solo hay pedazos que fueron construidos con opiniones y conceptos de afuera, los cuales podría incluso etiquetar o rotular con nombres propios. Sigo ahondando más en el inventario de dichas apropiaciones y me doy cuenta y entiendo que mi “yo” es algo vacío que carece de contenido propio y entiendo entonces, que hago parte de un pueblo, de una raza, de una nación de las que no puedo desligarme por más que lo intente. Es más, aunque todas esas cosas desaparecieran, aun así seguirán existiendo invisiblemente en lo más recóndito de mi ser. Con todo ello, me atrevo a pensar que no es tan cierto que exista tal independencia, en donde ningún otro no participa y que ha sido producida por otros y que categóricamente podamos llamar como mío. En fin, ¿no sería más bien, que nuestro “yo” se ve reflejado en algo llamado,vanidad?